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El autocuidado podría definirse como “las decisiones y acciones que toma una persona para cuidarse, buscar el bienestar y dedicarse un tiempo”.

 

Las obligaciones del día a día, el ritmo frenético de la vida, las distracciones constantes de la sociedad moderna en la que vivimos y las vivencias personales, hacen que en muchas ocasiones buscar momentos de autocuidado y priorizar el dedicarse un tiempo día a día, sea difícil de encajar dentro de la rutina diaria.

Dentro del autocuidado se incluyen aspectos importantes como la búsqueda de hábitos saludables (realizar ejercicio físico, mantener una alimentación saludable…) que tienen un impacto directo sobre nuestra salud, pero también es necesario no dejar atrás el aspecto emocional, clave en la percepción de bienestar y satisfacción con la vida.

Aunque no existe un acuerdo establecido sobre qué niveles o aspectos conforman lo que denominamos “autocuidado”, sí que podríamos diferenciar 5 áreas o niveles generales:

 

- Nivel físico: suavizar el cuerpo. Todas aquellas acciones que realizamos para cuidar el cuerpo y la parte más física de nuestro ser. Es un aspecto que se encuentra mucho más normalizado por la población, ya que si pensamos en cuidarnos generalmente se nos vienen a la mente aspectos como “realizar ejercicio” o “comer mejor”.

 

- Nivel mental: reducir la agitación. Dentro de este aspecto se incluye la manera en la que te relacionas con tus pensamientos y aquellas estrategias que llevas a cabo para reducir la agitación mental o el estrés que podemos sentir en el día a día.

 

- Nivel emocional: calma y confort. Cómo cultivamos nuestras emociones y nos relacionamos con ellas, tanto con las emociones que nos resultan agradables como las que son más desagradables. Qué cosas podemos hacer cuando no nos estamos sintiendo bien, cómo podemos reconfortarnos.

 

- Nivel relacional: conectar con otras personas. Es un aspecto esencial conocer cómo y de qué manera cultivas las relaciones que te aportan felicidad en tu vida personal.

 

- Nivel espiritual/pasional: conectar con lo que te mueve. Es un aspecto que tiene que ver con cultivar los valores que te orientan como persona en la vida.

 

Una vez que conoces más a fondo qué es el autocuidado y qué áreas o niveles abarca, es momento de pasar a la acción. A continuación podrás leer algunos consejos que podrían ayudarte a incluir el autocuidado en tu rutina diaria:

 

- Primero: Antes de plantearte de qué manera introducir el autocuidado en tu día a día, es necesario hacer un ejercicio de reflexión sobre cómo te estás cuidando en este momento y qué cosas te gustaría ir incorporando poco a poco en tus rutinas. Puede ayudarte el escribirlo, de esta manera podrás tener un momento íntimo de reflexión contigo misma/o y podrás llegar a obtener algunas respuestas claras sobre aspectos que te gustaría mantener, modificar o incorporar en tu día a día para cuidarte.

 

- Segundo: Revisa lo que has anotado y prioriza o elige sólo 2-3 aspectos con los que empezar. Si intentas incorporar todo de golpe seguramente te encuentres frustrado/a y no consigas llevarlo a cabo. Elige pequeñas cosas, no tienen que ser grandes acciones, o intenta dividir grandes acciones en pequeñas (por ejemplo, si te gustaría comer mejor puedes empezar intentando reducir el consumo de refrescos o introduciendo fruta 4 días por semana…), si quieres empezar a leer, márcate pequeños objetivos a cumplir (leer cada día 1 capítulo del libro).

 

- Tercero: Recuerda incluirlo en un momento dentro de tu rutina para llevarlo a cabo, ya que si no le buscamos un momento concreto (después de desayunar, el sábado a las 11:00…), es muy probable que el día se termine sin haberlo llevado a cabo. Empezar con una nueva rutina es complicado, y puede ayudarte el fijarlo antes o después de rutinas que ya estén muy establecidas (después de despertarse o antes de irse a dormir, antes o después de desayunar, antes o después de la ducha…). De esta manera te será más fácil asociar la nueva rutina a una ya establecida y te costará menos empezar a realizarla.

 

- Cuarto: Si te sirve utilizar algún material visual para organizarte puedes hacerlo. Hacer uso de agendas, planificadores, post-it, recordatorios en el teléfono… todo este tipo de elementos pueden jugar a tu favor y están a tu disposición de manera rápida, sencilla y gratuita (existen muchos recursos en internet que puedes utilizar para organizarte mejor).

… y empieza a dedicarte un tiempo de autocuidado valioso, que se verá reflejado en tu bienestar general y emocional. Si detectas que te cuesta dedicarte estos momentos y es algo que te genera malestar, no dudes en contactar con Astarté Gabinete de Psicología para que podamos acompañarte en el camino.

 

Beatriz Hernández Pérez

Psicóloga colaboradora en Astarté Gabinete de Psicología